«Recoge las rosas, doncella, mientras la flor es nueva y la juventud fresca,
Y recuerda que así se apresura también tu edad».
— Ausonio (310 - 395)
Acarició la madera pulida del ataúd y sintió la fría nada que esta le transmitía. Una única rosa descansaba sobre la caja, junto a su nombre.
En primera fila, sus padres lloraban a lágrima viva. Quiso acercarse a ellos, decirles que todo iba a salir bien, que ya no le dolía nada; pero no serviría de nada.